Las ferias de mayo 2015 de Talavera de la Reina podrían haber sido uno de los sucesos más estremecedores de la historia de nuestro país. Alrededor de las 13:30 del 15 de mayo, justo cuando me encontraba haciendo un descanso en el trabajo a apenas un kilómetro del lugar donde todo sucedía, un toro se escapaba de los toriles de la plaza aún por circunstancias desconocidas, abatiendo a un niño de 9 años en la puerta de cuadrillas y escapando a la calle en dirección al recinto ferial donde se concentraban miles de personas. Durante minutos que fueron decisivos, el torero Sergio Blasco impidió que entrase al recinto ferial donde habría causado una auténtica escabechina. Unos segundos más tarde comenzaba el caos, la confusión y el terror en la otra zona a la que se dirigió, al parque de la basílica de Nuestra Señora del Prado, arremetiendo a su paso contra otras diez personas, un momento que quedó recogido en estas sobrecogedoras imágenes. Imaginad el terror que se creó. Vas paseando por el parque tranquilamente y de repente aparece un toro campando a sus anchas por la ciudad y llevándose por delante todo lo que pilla en su huída. La primera vez que vi el vídeo pude apreciar hasta un milagro. Fijaos en la chica en silla de ruedas a por la que va el toro sin piedad, hay un momento en que sale corriendo. Después averigüé que no estaba inválida, sino que estaba jugando con la silla de ruedas de su abuelo, aunque no era una idea descabellada, ya que ante situaciones extremas cualquier cosa puede ocurrir. Pero lo que en principio era una noticia de sucesos, unos minutos más tarde se convertiría en opinión social que volvería a sacar a colación la interminable pelea entre los taurinos y antitaurinos y entre los defensores de los animales. Cuando el toro salió a carretera, un coche patrulla de la policía, en lugar de utilizar dardos tranquilizantes para frenar al animal, se empotró contra él y lo atropelló en varias ocasiones hasta matarlo. Por si fuera poco, el mismo torero que hacía unos momentos salvaba tantas vidas al impedir la entrada del animal al recinto ferial, se sacaba unos desafortunados selfies con el toro fallecido y tirado en la carretera. Bajo mi opinión, la actuación del coche de policía que lo atropelló fue totalmente desfortunada. Hubiera comprendido muchos tipos de elecciones cuando el toro se encontraba salvaje entre la gente, como medida de seguridad inmediata, pero una vez había salido a carretera donde sólo había coches y campo abierto, con la posibilidad de pensar, acorralar o sedar al animal, no hay explicaciones que justifiquen el atropellarlo de esa forma empotrándolo no una, sino varias veces hasta matarlo, dejando la parte delantera del coche de la guisa que se ve en las imágenes que han dado la vuelta al país. Por supuesto tampoco defiendo la postura extremista de gente como Jorge Javier Vázquez por la noche en su programa «Sálvame», que sin saber absolutamente nada de lo sucedido, sólo se quedó con la parte que él quería, aprovechando para hacer esa apología del maltrato a los animales que se lleva tanto para ganarse el aplauso fácil y tu propia tranquilidad mental. Ante todo está la vida de las personas, pero se podían haber puesto los medios suficientes para evitar que el animal acabase en esas circuntancias. El selfie del torero es de tan mal gusto que raya la inhumanidad. Si este señor se hubiera hecho una foto con su víctima dentro de una plaza, al menos tendría un pase, total la gente está que no caga con los puñeteros selfies que ya hasta los de mentes enfermas se los hacen en los entierros, pero que se lo haga en plena carretera, cuando ni ha sido esa su faena, ya es patético. Lo único que le salva es que impidió un suceso que podía haber sido trágico. No quiero ni pensar en ese toro entrando al recinto ferial, abarrotado de niños y miles de personas. Las imágenes que os dejo son las que recibí en mi móvil ese día según salía de trabajar, imágenes que compartimos primero entre los compañeros y que después saltaron a todos los medios.